Sé, de una manera visionaria, que moriré de poesía. Es una sensación que no comprendo perfectamente; es algo vago, lejano, pero lo sé y lo aseguro.
Alejandra Pizarnik
Puedes conectar más o menos con Alejandra Pizarnik pero no me cabe duda de que fue una gran artista e intelectual con un universo interior muy íntimo, muy pasional y muy sufrido. Me recuerda un poco a Frida Kahlo y su forma de pintar: esa manera de crear sacándolo todo desde lo más profundo del dolor, desde la raíz del tormento. Hay una catarsis latente en toda la obra de Pizarnik. De hecho, casi en cualquier parte encontrarás datos biográficos que aseguran que fue una chica atormentada: tímida, tartamuda, muy acomplejada por su físico y con pocas habilidades sociales. La depresión y la tristeza acompañan a Pizarnik hasta el último día de su vida, en 1972, cuando se suicida.
La muerte es un tema muy recurrente en toda su poesía y en el poema El despertar hay versos tan explícitos como ¿cómo no me suicido frente a un/espejo/y desaparezco para reaparecer en el/mar […] ¿Cómo no me extraigo las venas/y hago con ellas una escala/para huir al otro lado de la noche?1
ARTES INVISIBLES Tú que cantas todas mis muertes. Tú que cantas lo que no confías al sueño del tiempo, descríbeme la casa del vacío, háblame de esas palabras vestidas de féretros que habitan mi inocencia. Con todas mis muertes yo me entrego a mi muerte, con puñados de infancia, con deseos ebrios que no anduvieron bajo el sol, y no hay una palabra madrugadora que le dé la razón a la muerte, y no hay un dios donde morir sin muecas2.
Su poesía es muy vanguardista y lo notas cuando la estás leyendo (versos sin aparente conexión, ausencia de puntuación o puntuación poco convencional, etc.,) pero también es muy formal: hace prácticamente uso de todos los recursos literarios tradicionales, a veces de forma muy personal y a su manera.
CANTO El tiempo tiene miedo el miedo tiene tiempo el miedo pasea por mi sangre arranca mis mejores frutos devasta mi lastimosa muralla destrucción de destrucciones sólo destrucción y miedo mucho miedo miedo3. 20 dice que no sabe del miedo de la muerte del amor dice que tiene miedo de la muerte del amor dice que el amor es muerte es miedo dice que la muerte es miedo es amor dice que no sabe4
Su libro Árbol de Diana, de 1962, me parece ligeramente más optimista que todo lo escrito anteriormente, quizá porque está en París estudiando y se siente libre y fuerte. Además, conoce a figuras admirables como Julio Cortázar y Octavio Paz, este último autor del prólogo a la obra de la que hablo.
11 ahora en esta hora inocente yo y la que fui nos sentamos en el umbral de mi mirada5
O eso crees hasta que lees Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche, déjate caer y doler, mi vida6 y se te vuelve a contagiar la angustia. Una angustia que, personalmente, me parece muy bonita y muy propia de la poesía pero en Alejandra Pizarnik se me antoja una angustia más atormentada y me invade un poco la pena.
MORADAS En la mano crispada de un muerto, en la memoria de un loco, en la tristeza de un niño, en la mano que busca el vaso, en el vaso inalcanzable, en la sed de siempre7. SOMBRA DE LOS DÍAS A VENIR Mañana me vestirán de cenizas al alba, me llenarán la boca de flores. Aprenderé a dormir en la memoria de un muro, en la respiración de un animal que sueña8.
Extracción de la piedra de la locura (imagino que el título hace honor al cuadro de El Bosco) es un poemario más claramente surrealista con toques dadaístas en algunos poemas que me ha resultado de lo más divertido.
INMINENCIA el muelle gris y las casas rojas Y no es aún la soledad Y los ojos ven un cuadrado negro con un círculo de música lila en su centro Y el jardín de las delicias sólo existe fuera de los jardines Y la soledad es no poder decirla Y el muelle gris y las casas rojas9.
Pero es también muy íntimo y revelador. Leer a Alejandra Pizarnik es tener la sensación constante de que está pidiendo ayuda a gritos, de que se siente sola, de que tiene miedo. Y es que es tan intensa y tiene tanta facilidad de plasmación de lo turbio y de sus tormentos que llegas a empatizar con ella, en mi caso, más que con su obra.
Los temas más recurrentes en la poesía de Alejandra Pizarnik son la muerte, en primer lugar; la noche, la soledad (sobre todo en El infierno musical), las palabras, la propia poesía. Aunque, con una lectura más profunda y detallada, se sacan bastantes más temas, muy interesantes y profundos de discutir. Sin duda, el universo de Pizarnik es inmenso, su poesía devastadora, intensa, triste, empática a veces.
EL MIEDO En el eco de mis muertes aún hay miedo. ¿Sabes tú del miedo? Sé del miedo cuando digo mi nombre. Es el miedo, el miedo con sombrero negro escondiendo ratas en mi sangre, o el miedo con labios muertos bebiendo mis deseos. sí. En el eco de mis muertes aún hay miedo11.
En su último libro, El infierno musical, publicado un año antes de su suicido, podemos ver a una Alejandra con una relación más personal con la poesía, llegando incluso a tratarla como a otro ser animado o como a su mejor amiga. Casi todo el poemario está escrito en prosa aunque sigue haciendo un brillantísimo uso de los recursos poéticos, donde deja también una gruesa capa de surrealismo. Este surrealismo a mí me ha parecido, por lo que he leído sobre ella, fruto de la influencia de las drogas. De hecho, me lo confirma un poco un verso que dice ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias de vivir10.
I Yo no canto, no celebro, no bailo desnuda y ebria sobre mi ataúd. Pero yo le ruego al poema, yo le pido la luna al poema12.
Pero no sólo escribió poesía: es también autora de varios cuentos que se merecen, más adelante, otra entrada en el blog.
1PIZARNIK, Alejandra. «Las aventuras perdidas». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P95 (39-47) Buenos Aires: Lumen, 2003.
2PIZARNIK, Alejandra. «Las aventuras perdidas». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.95. Buenos Aires: Lumen, 2003.
3PIZARNIK, Alejandra. «La última inocencia». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.59. Buenos Aires: Lumen, 2003.
4PIZARNIK, Alejandra. «Árbol de Diana». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.122. Buenos Aires: Lumen, 2003.
5PIZARNIK, Alejandra. «El árbol de Diana». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.113. Buenos Aires: Lumen, 2003.
6PIZARNIK, Alejandra. «El árbol de Diana». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.137. Buenos Aires: Lumen, 2003.
7PIZARNIK, Alejandra. «El árbol de Diana». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.198. Buenos Aires: Lumen, 2003.
8PIZARNIK, Alejandra. «El árbol de Diana». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.195. Buenos Aires: Lumen, 2003.
9PIZARNIK, Alejandra. «Extracción de la piedra de la locura». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.222. Buenos Aires: Lumen, 2003.
10PIZARNIK, Alejandra. «El infierno musical». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.256. Buenos Aires: Lumen, 2003.
PIZARNIK, Alejandra. «Las aventuras perdidas». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.88. Buenos Aires: Lumen, 2003.
12PIZARNIK, Alejandra. «Poemas no recogidos en libros». Poesía completa. Ed. Ana Becciu. P.298. Buenos Aires: Lumen, 2003.
Es de mis poetas favoritas.
Gracias por compartirla 🙂
¡Te leo con muchas ganas!
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¡Qué bien que te guste! Tengo en mi lista una reseña sobre su prosa para dentro de poco 🙌🏻 Gracias por leerme 😘
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También es una de mis favoritas.
Me quedo curioseando por tu rinconcito…
Besos.
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