Comentario a por qué no he podido terminármelo
Esta entrada va a ser difícil para mí porque no tiene nada positivo. Estaba dudando si hablar sobre un libro que no he podido ni terminar o guardarme en salud y dejarlo estar. Sobre todo porque Patria, el anterior y único libro que había leído de Aramburu, me fascinó. También porque sé que voy a darle más oportunidades y leeré otras obras del mismo autor que sí puedan encajar más en mis gustos. Y también porque no quiero mostrar solamente libros que me parecen maravillosos o me gustan, ya decía Clarín que era importante también hablar mal de los libros. En todo caso, hoy no vengo a hablar mal de ningún libro, vengo a comentar las razones por las que no he podido terminar Bami sin sombra.
La historia de Bami es la historia de una niña de pueblo, tímida y callada, que se ve forzada por su madre a ir a la ciudad a buscar a su hermano, tras la muerte de su padre. A su vez, la profesora de la niña le hace un encargo para cuando llegue a la ciudad: entregar un mensaje a alguien.
Bami, en consonancia con su carácter modoso, rara vez abre la boca como no sea para dar una respuesta breve a algo que le hayan preguntado. Siempre ha sido así: lista a su manera, pero dócil y reservada. Su padre solía echarle en cara que fuera una muchacha sin arranque. Más de una vez le espetó el reproche en presencia de forasteros, con el deseo jamás alcanzado de espabilarla a fuerza de humillaciones1.
Según va avanzando la historia y, tal y como Aramburu va describiendo a la muchacha, vas viendo que Bami tiene algo más que una simple timidez pero, a priori, solo se dice de ella que es tímida. ¿Por qué? ¿Por qué no se describe con claridad cuál es el problema de la niña? Me quedo con la duda de si esta incógnita se resuelve leyendo el libro entero.

El ambiente que impregna la historia me parece sucio, violento y con una sobrecarga de miseria, pero de una forma muy aleatoria y gratuita, sin un contexto específico que lo justifique. El tiempo es demasiado impreciso con elementos que parecen sacados de diferentes épocas, lo que me ha hecho difícil la tarea de ubicarme. Con esto no quiero decir que me parezca necesario precisar el tiempo y el espacio, en absoluto. De hecho, no especificarlo es un recurso muy acertado pero, desgraciadamente, no lo he visto bien ejecutado. Porque se nota que hay saltos, que no hay orden y porque los nombres de los lugares son demasiado inventados, demasiado rimbombantes, lo que hace que la lectura sea muy poco fluida. Y Aramburu no solo se inventa los nombres de los lugares sino también los de algunos objetos, como el chestoberol, que es una de esas esferas de hojalata que […] solían servir de objetos de compañía a los varones entrados en la vejez2. Esto, obviamente, es muy subjetivo y lo que a mí me parece un incordio a otro lector le puede parecer una maravilla.
La historia se desarrolla de forma lenta, hasta tal punto que Bami no llega a la ciudad hasta la página 70 más o menos; sin embargo, es un hecho que se viene anunciando desde las primeras páginas. Personalmente, no puedo con las historias lentas. Por último, me ha dado la sensación de que los diálogos que aparecen están un poco por rellenar. Son largos y están cargados de información que, en un principio, me resulta bastante poco útil para la historia.
A pesar de todo esto, no me parece una mala novela. Aramburu es buen escritor y tiene experiencia, se nota desde que empiezas a leer. Simplemente, me parece que en esta novela usa recursos que chocan con mis gustos como lectora, me bloquean y hacen que haya dejado de interesarme por la historia. Además, yo soy una lectora sin un mínimo de remordimiento por abandonar una historia. Pero, como no me lo he acabado, no puedo tener una idea general y decir «esto no me ha gustado pero tiene sentido en su conjunto» y, por tal razón, no hablo hoy del libro sino de las razones por las que lo he abandonado.
1ARAMBURU, Fernando. Bami sin sombra. Barcelona: tusquets, 2005. P.12.
2ARAMBURU, Fernando. Bami sin sombra. Barcelona: tusquets, 2005. p.77.