Nota previa: Puedes leer el cuento aquí.
Me complace poder seguir analizando los cuentos de Borges y, para los que seáis nuevos por aquí, uno de los propósitos del blog es analizar todos y cada uno de sus cuentos. Vamos ya por Ficciones (1944).

De ahí sale este relato, aunque fue primero publicado en la revista El sur, en 1941, fecha que aparece al final del mismo.
¿De qué va este relato? Pues es básicamente el recorrido bibliográfico de las obras de Herbert Quain, autor ficticio que acaba de fallecer. Tal y como nos revela el título, vaya. Lo que hace Borges aquí es detallar cada una de sus obras y hacerle, así, honor.
Para ser sinceros, este cuento no me causa ninguna impresión al leerlo. Me deja bastante indiferente. No obstante, sí hay algunos aspectos que son importantes de mencionar.
El primero de todos es que las obras que se le atribuyen a Herbert Quain son bastante experimentales, de gran calidad, y muchas de ellas fracasan en el mundo editorial, al menos al principio. ¿Se sentirá Borges identificado con este aspecto? La verdad que, si lo leéis, podéis incluso ver cómo Borges añade como ecuaciones a un esquema para explicar una de las obras, April March; recurso muy borgiano y, por qué no decirlo, un tanto pretencioso.
El segundo es la referencia que hace Borges de sí mismo cuando, al final del relato, nos cuenta que se inspiró en The Rose of Yesterday (tercer relato de Statements) para escribir Las ruinas circulares. Al igual que en El Aleph y en otros relatos, a Borges le encanta empezar con una voz narrativa alejada de él y, en algún momento, nombrarse a sí mismo como si fuera el receptor o aclarar que él es el narrador. Me encanta, personalmente, este juego de voces narrativas que solo he visto bien ejecutado en él.
Por último, destacar la verosimilitud que intenta siempre en los relatos de Ficciones. En este caso lo consigue con títulos falsos, fechas inventadas e incluso un pie de página, como referenciando y aclarando. Esto hace que el lector se confunda, que tenga que buscar información más allá del cuento para ver si la persona de la que está hablando Borges existe o no.