Alfonsina Storni (1892-1938) fue una poeta más bien entrada en el posmodernismo cuya poesía se caracteriza por los aspectos formales propios de la época, tales como sencillez lírica, tradición clásica, romanticismo, prosaísmo sentimental o ironía sentimental1. En el post de hoy no vamos a centrarnos en unos u otros aspectos formales, ni tampoco vamos a analizar toda su obra poética. Vamos a echar un vistazo únicamente a su poesía feminista.
Se decía mucho de la poesía de Alfonsina Storni que era cursi o, tal y como ella misma dice, con una sobrecarga de «mieles románticas»2. Bueno, sí, puede que algunos de sus poemas fueran así pero, de ningún modo, aceptamos las estupideces que decía Borges como, entre otras cosas, que sus versos eran «chillonería de compadrita». O, lo que es lo mismo, que era una histérica. Vamos hoy a ver, no a la Alfonsina que chilla como una desquiciada, sino a la Alfonsina que grita alto, muy alto, para defender su condición de mujer. La suya y la de todas las mujeres a las que se dirige en sus poemas. Vamos a ver a la Alfonsina que se conoce menos porque, por una razón u otra, los análisis que se han hecho de ella giran más en torno al carácter autobiográfico de sus poemas.
LA INÚTIL PRIMAVERA Veintiocho veces van que yo la veo Trabajando capullos del rosal: Llegó cumpliendo ardiente mi deseo, Cuando la tuve todo ha sido igual. Preparé un himno y se murió en gorjeo, Me eché a ser río y terminé en canal. - En otra primavera... Devaneo. Ya está de nuevo y sigo con mi mal. Veintiocho veces van. De diez ya guardo Memoria triste de aquel paso tardo Con que los días del invierno van Hollando el alma para hacerle casa. Veintiocho veces van que inútil pasa. ¿Cuántas por verla aún me faltarán?3

Lo que más me llama la atención de la poesía de Alfonsina es que, sobre todo los primeros poemas, pueden parecer todo lo contrario a feministas. De hecho, muchos críticos no la consideran feminista precisamente por esto. No obstante, lo son, y mucho, pero se esconden tras un velo de ironía que, en realidad, es bastante obvio. Es lo que sucede, por ejemplo, en el poema Capricho, de su colección El dulce daño (1918), y que cito abajo.
Escrútame los ojos, sorpréndeme la boca, Sujeta entre tus manos esta cabeza loca; Dame de beber veneno, el malvado veneno que te moja los labios a pesar de ser bueno. Pero no me preguntes, no me preguntes nada De por qué lloré tanto en la noche pasada; Las mujeres lloramos sin saber, porque sí: Es esto de los llantos pasaje baladí. Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto, Un mar un poco torpe, ligeramente estulto que se asoma a los ojos con bastante frecuencia Y hasta los manejamos con una dúctil ciencia... No preguntes, amado, lo debes sospechar; En la noche pasada no estaba quieto el mar, Nada más. Tempestades que las trae y las lleva Un viento que nos marca cada vez costa nueva. sí, vanas mariposas sobre jardín de enero, Nuestro interior es todo sin equilibrio y huero. Luz de cristalería, fruto de carnaval Decorando en escamas de serpientes del mal. Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta: Movilidad absurda de inconsciente coqueta... Deseamos y gustamos la miel de cada copa Y el cerebro tenemos de pajillas y estopa. Bien; no, no me preguntes. Torpeza de mujer, Capricho, amado mío, capricho debe ser. Oh, déjame que ría... ¿No ves qué tarde hermosa? Espínate las manos y córtame esa rosa.
Alfonsina Storni no nació feminista ni comenzó su carrera como escritora con el pensamiento crítico con el que la acabó, de ahí que sus primeros poemas nos parezcan diferentes (aunque se nota la voz reivindicadora), con un tono más íntimo, más dulce y delicado. Sin embargo, todo cambia con Irremediablemente (1919), donde nos encontramos, por ejemplo, con el poemita Hombre, que dice así:
Hombre, yo quiero que mi mal comprendas, hombre, yo quiero que me des dulzura, Hombre, yo marcho por tus mismas sendas; Hijo de madre: entiende mi locura5...
Esos que mi mal comprendas o yo marcho por tus mismas sendas nos dejan ya ver el tono que va a ir adquiriendo el poemario. Este dirigirse al hombre como recurso para crear una voz poética que recalca en él una tradición masculina hiriente está muy presente también en El hombre sombrío y, mucho más, en Hombre pequeñito, ambos también de Irremediablemente. Veremos, además, esos inicios feministas en versos como Oh, no he tenido nunca las bellas primaveras/Que tienen las mujeres que todo lo ignoran6. Pero de este poemario me parece muy importante hablar del poema Peso ancestral:
Tú me dijiste: no lloró mi padre; Tú me dijiste: no lloró mi abuelo; No han llorado los hombres de mi raza, Eran de acero. Así diciendo te brotó una lágrima Y me cayó en la boca... más veneno. Yo no he bebido nunca en otro vaso Así pequeño. Débil mujer, pobre mujer que entiende, Dolor de siglos conocí beberlo: Oh, el alma mía soportar no puede Todo su peso7.
¿Por qué me parece este poema tan importante? Porque la voz poética nos está diciendo que se ha dado cuenta de cierta tradición patriarcal muy hiriente para ambos géneros. Se ha dado cuenta de que este peso no es de ahora sino de los ancestros, que es algo que se ha aprendido con el paso de las generaciones. Un poema de tal calibre publicado en 1919 me parece visionario y de los más feministas que he leído en mi vida.
En Languidez (1920) la propia Alfonsina nos dice en su introducción que inicia este conjunto, en parte, el abandono de la poesía subjetiva, que no puede ser continuada cuando un alma ha dicho, respecto de ella, todo lo que tenía que decir, por lo menos en un sentido8.
EL SILENCIO ¿Nunca habéis inquirido Por qué, mundo tras mundo, Por el cielo profundo Van pasando sin ruido? Ellos, los que traspiran Las cosas absolutas Por sus azules rutas siempre callados giran. Sólo el hombre, pequeño, Cuyo humano latido En la tierra es un sueño, ¡Sólo el hombre hace ruido9!
Aparece también en esta obra la voz poética y femenina que se dirige a las mujeres para llamar su atención, en poemas como La armadura o La ronda de las muchachas. Esto se convertirá, más tarde, en uno de los puntos fuertes de Alfonsina Storni: la voz poética no habla solo de su condición como mujer sino que se dirige a todas, como llamándonos, como despertándonos.
LA ARMADURA Mujer: tú la virtuosa, y tú la cínica, y tú la indiferente o la perversa; Mirémonos sin miedo y a los ojos: Nos conocemos bien. Vamos a cuentas. Bajo armadura andamos: si nos sobra El alma, la cortamos; si no llena, Por mengua, la armadura, pues la henchimos: Con la armadura andamos siempre a cuestas. ¡Armadura feroz! Mas conservadla. Si algún día destruirla pretendiérais, Del solo esfuerzo de arrojarla lejos Os quedaríais como yo, bien muertas10.
Llegamos a Ocre (1925) donde, casi todo con sonetos, vemos cómo esa voz poética se vuelve mucho más segura de lo que dice. Con esta seguridad, alfonsina hace más bien una crítica la posición de la mujer ante un hombre en lo que al ámbito sentimental se refiere. Tenemos que tener en cuenta que en 1925 esto es feminismo, y tenemos que entender el feminismo bajo la mentalidad de esta época. Destacaré, no obstante, de aquí, un soneto que dice mucho de Alfonsina por la modesta admiración que plasma.
LAS GRANDES MUJERES En las grandes mujeres reposó el universo. Las consumió el amor, como el fuego al estaño, a unas; reinas, otras, sangraron su rebaño. Beatriz y Lady Macbeth tienen genio diverso. De algunas, en el mármol, queda el seno perverso. Brillan las grandes madres de los grandes de antaño. Y es la carne perfecta, dadivosa del año. Y son las exaltadas que entretejen el verso. De los libros las tomo como de un escenario fastuoso- ¿Las envidias, corazón mercenario? Son gloriosas y grandes, y eres nada, te arguyo. -Ay, rastreando en sus almas, como en selvas las lobas, a mirarlas de cerca me bajé a sus alcobas y oí un bostezo enorme que se parece al tuyo11.
Como ya he dicho antes, los versos de Alfonsina Storni no giran en torno a un feminismo radical (no tiene por qué, de todas formas) y, por esa razón, es poco común que se la reconozca como una poeta feminista. Pero, si nos paramos a leer detenidamente su obra podemos ver, como ya hemos comprobado, que muchos de sus poemas son de una carga feminista brutal y que la voz femenina se convierte muchas veces en una voz potente que se revela contra la tradición patriarcal y, sobre todo, contra la clásica actitud sumisa e ignorante que hemos adoptado las mujeres durante mucho tiempo.
Quisiera terminar este post con uno de los poemas que más me han gustado, dedicado a su propia muerte, aquella que quiso romantizar (tenía cáncer) suicidándose en el Mar del Plata en el año 1938.
EPITAFIO PARA MI TUMBA Aquí descanso yo: dice Alfonsina el epitafio claro, al que se inclina. Aquí descanso yo, y en este pozo, pues que no siento, me solazo y gozo. Los turbios ojos muertos ya no giran, los labios, desgranados, no suspiran. duermo mi sueño eterno a pierna suelta, me llaman y no quiero darme la vuelta. Tengo la tierra encima y no la siento, llega el invierno y no me enfría el viento. El verano mis sueños no madura, la primavera el pulso no me apura. El corazón no tiembla, salta o late, fuera estoy de la línea de combate. ¿Qué dice el ave aquella, caminante? Tradúceme su canto perturbante: <<Nace la luna nueva, el mar perfuma <<los cuerpos bellos báñanse de espuma. <<Va junto al mar un hombre que en la boca <<lleva una abeja libadora y loca: <<bajo la blanca tela el torso quiere <<el otro torso que palpita y muere. <<Los marineros sueñan en las proas, <<cantan muchachas desde las canoas. <<La mujer, que en el sueño está dormida, <<y en su epitafio ríe la vida, <<como es mujer, grabó en su sepultura <<una mentira aún: la de su hartura12.>>
1RODRÍGUEZ GURTIÉRREZ, Milena. Lo que en verso he sentido: la poesía feminista de Alfonsina Storni. Universidad de Granada. Granada: Editorial Universidad de Granada, 2007.
2STORNI, Alfonsina. Antología poética. Barcelona: Espasa, 2020.
3STORNI, Alfonsina. Antología poética. Barcelona: Espasa, 2020.
4STORNI, Alfonsina. Antología poética. Barcelona: Espasa, 2020.
5STORNI, Alfonsina. Irremediablemente. Madrid: Edición Torremozas, 2005.
6STORNI, Alfonsina. Irremediablemente. Madrid: Edición Torremozas, 2005.
7STORNI, Alfonsina. Irremediablemente. Madrid: Edición Torremozas, 2005.
8STORNI, Alfonsina. Languidez. Madrid: Edición Torremozas, 1996.
9STORNI, Alfonsina. Languidez. Madrid: Edición Torremozas, 1996.
10STORNI, Alfonsina. Languidez. Madrid: Edición Torremozas, 1996.
11STORNI, Alfonsina. Ocre. Madrid: Edición Torremozas, 2011.
12STORNI, Alfonsina. Ocre. Madrid: Edición Torremozas, 2011.
Isabel me ha encantado la forma en que me has llevado a conocer a esta poetisa. El título llamó mi atención, ya sabrás… pero leía sus poemas y en efecto, como bien luego mencionas, no entendía el feminismo de sus tiempos. Aunque si ponemos en perspectiva las fechas, creo entonces que Sor Juana viene a ser super radical para su época. Gracias por compartir.
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Sin duda Sor Juana podría considerarse como la primera mujer feminista de Hispanoamérica y su poema “Hombres necios que acusáis” sirvió de inspiración al “Tú me quieres blanca” de Storni. O, al menos, tienen muchas similitudes en cuanto a temática, uso de la ironía y la sátira. Gracias por leer la entrada, Julieta ❤️
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